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Pero, además de todo eso, Andre Williames era... Andre Williams.
Personaje peculiar y de un carácter salvaje que lo mismo le sirvió para dilapidar todo su trabajo anterior y caer en el crack y la indigencia durante los años 80, como para resurgir con una fuerza inusitada a finales de los 90.
¿Y qué mejor idea para un sesentón que tata de recuperar su carrera musical que juntarse con la energía de la chavalería? Efectivamente Andre Williams supo rodearse de una nueva generación de músicos y bandas que hicieron de magnífico asiento para un artista de culo de mal ídem.
Y para éste álbum, editado en 2012, coincidió por segunda vez con la banda canadiense The Sadies. Disco que, bajo las propias palabras de la banda "la mitad de este disco era muy buena, pero la otra mitad habría sido mucho mejor si el señor Williams hubiera llegado en mejores condiciones a grabarlo."
Así pues, nos encontramos aquí con 13 temas de un country-garage-rock-blues donde Andre lo mismo desliza sus palabras, en su característico no cantar sino recitar, sobre un manto de riffs de guitarras y baterías machaconas que sobre una tierna balada con piano y violines. Como quien pasa de disfrutar del agua tranquila sobre un flotador a surfear la ola más grande al instante siguiente y sin quitarse la sonrisa de la cara.
Para disfrutar de una tirada.
Puedes hacer una escucha previa en el reproductor de aquí abajo.
¡Que lo disfrutes y no olvides dejar un comentario!