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Tres niñatos venidos del las frías tierras del Norte, que dan sopas con hondas a bandas mucho más veteranas y pretendidamente "revivalistas" del rock setentero tan de moda en la última década.
Y es que es escuchar apenas vente segundos de la canción que abre el disco para darte cuenta que esto no es jamón de pavo bajo en grasa. Esto es chuletón. Con un estilo hard-rock-blues psicodélico y hasta progesivo en algunos temas, desarrollan unos riffs y punteos absolutamente demoledores sobre una base rítmica que suena como una apisonadora. Y todo con la frescura y desparpajo que solo unos veinteañeros son capaces de conseguir.
Tras la emoción inicial después de la escucha del acelerado primer tema "Cravin", continúan con "Let Me Be" para dejar más que claro por dónde va a ir la cosa. Con influencias claras de Jimi Hendrix, Black Sabbath y, por supuesto, Led Zeppelin, la grabación contiene temazos a destacar como el rokanrol "Cocaine Sally", la travesía psicodélica de once minutos de "The King's Voyage" o el sureño medio tiempo de "Do You Remember".
Un disco para disfrutar con las nuevas generaciones del rock and roll y sentir que no todo está perdido.